EL PELICANO
El pelícano es uno de los principales símbolos de los
Rosacruces y del grado diez y ocho de la Masonería. Representa la consagración
a la Gran Obra, es decir, el cultivo del centro espiritual del Cristo. En el
simbolismo masónico, es el emblema mas característico de la caridad, como
también de la muerte y del renacimiento perpetuo de la naturaleza, ya que esta
ave llega al máximum del sacrificio, perforando su pecho para abrir su
corazón, permitiendo así que sus críos puedan nutrirse cuando están
desfalleciendo de hambre y de sed.
Dice Manlly P. Hall: "en el simbolismo masónico, la
sangre del pelícano significa el Trabajo Secreto por medio del cual, el hombre
es elevado de la esclavitud de la ignorancia a la condición de libertad
conferida por la sabiduría. Como el grado Rosacruz se basa en el simbolismo
rosacruciano y hermético, el pelícano es una alegoría del recipiente en el
cual los experimentos de la alquimia, se realizan y la sangre, es la misteriosa
tintura, por medio de la cual los metales groseros son transmutados en oro
espiritual. Tanto la rosa como el pelícano significan la más alta expresión
del amor humano y divino".
Es un ave marina que debe sumergirse en las aguas para
obtener su alimento y el de sus hijos. Los polluelos, siete, representan los
siete principales centros de energía o chakras, en relación con las glándulas
endógenas: pineal, pituitaria, tiroides, timo suprarrenales, páncreas y
gónadas.
El océano es una alegoría de las aguas de la vida que nos
recuerda el primer capítulo del Génesis donde dice: "El Espíritu de Dios
se movía sobre la faz de las aguas". El agua es la base de toda vida, de
toda transformación y de toda posibilidad de evolución; es un símbolo que
debiera llevarnos a meditar acerca del milagro de la vida.
Así como en el planeta fue necesaria la existencia del agua
para la manifestación y la evolución de la vida, así también en el campo
espiritual —dice la ciencia esotérica— "las aguas
de la existencia" están representadas en la esfera germinal, en donde
"duermen" todas las posibilidades que se encuentran latentes en el ser
humano: el cuerpo, la salud, la genialidad, la armonía espiritual, la educción
de la sensibilidad y de la consciencia relativas.
El pelícano representa el aspecto crístico, es decir, la
sensibilidad. Debe sumergirse en las alegóricas aguas, para obtener de ellas su
nutrición y su poder, porque es allí donde radica la fuerza. Solamente la
espiritualidad, solamente el centro místico que está en relación con el
corazón, puede dirigir a través de nuestro endoconsciente, el alimento o
nutrición espiritual a cada uno de los centros de energía.
Por eso se dice que el Cristo se sacrifica para redimir al
mundo; para redimirnos de nuestros vicios, errores y salvarnos de la
esclavitud de la materia, como así lo expresara San Pablo en Gálatas 4, 19:
"Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo
sea formado en vosotros".
De la esfera de las aguas surge radiante una cruz blanca; es
la "Cruz blanca del Redentor"—como bien lo decía Eliphas Levi—.
La redención se obtiene cuando inteligentemente se trabaja en los simbólicos
cuatro estados de la materia, representados por la cruz, cuya radiante blancura
es la pureza, espiritualidad y sentido místico de aquél que transita
conscientemente el camino del ennoblecimiento y del perfeccionamiento
espiritual.
Esta cruz corresponde a la "cruz del calvario",
aquella con su base más larga que sus extremos. La cruz no representa
exclusivamente al cristianismo, pues según H. P. Blavatsky, "era ya
conocida y utilizada para fines místicos, miles de años antes de nuestra
era". Era un símbolo cósmico y fisiológico, que figuraba
indispensablemente en varios rituales de Egipto, Grecia, Babilonia, India,
China, México y Perú. En Egipto, Horus aparece algunas veces con la cruz larga
"latina", al igual que con la cruz pastoral griega que también es
egipcia. La cruz del calvario tan común en el mundo cristiano, se encontró en
el pecho de las momias.
Las letras simbólicas "INRI", de la cruz del
calvario relacionadas con la crucifixión, significan esotéricamente en latín:
Igne Natura Renovatur Integra, es decir que "la
naturaleza toda, se renueva por la acción del fuego".
Profunda verdad, porque el calor en sus distintos grados de actividad, permite
todas las funciones, físicas, químicas y biológicas, actuando en los cuatro
estados de la materia: sólidos, líquidos, gases y el radiante o ígneo.
Desde el punto de vista hebraico, la I es IAM (agua), N
es NOUR (fuego), R es RUACH (aire) y la última I es IABEHAH
(tierra). Son los cuatro estados de la dualidad Materia-Energía, que permiten
la constitución molecular y biológica y la actividad psico-anímica del Ego
evolucionante, porque son cuatro los elementos biogenesicos absolutamente
indispensables para toda vida: carbono, nitrógeno, oxígeno e hidrógeno.
La Rosa en el centro de la cruz, es el ideal místico de los
Rosacruces. Es el símbolo del alma, de la armonía y de la belleza interna que
aspira a desarrollar día tras día el sincero estudiante de lo espiritual.
La rosa es una flor que cuando se cultiva y se cuida, es
aromada, fragante, de gran belleza, de sutiles y delicados encantos, pero si
crece silvestre, sin atención, es pequeña, sin aroma y pasa casi inadvertida.
Así es el alma. El ser humano que se cultiva interiormente se torna magnético,
atractivo y esplendoroso para todos aquellos que entran en contacto con él;
pero quien no cultiva sensibilidad, bondad y armonía, sino emociones
destructivas, mente racional, egotismo, odios y pasiones de toda índole,
entonces su alma, su rosa espiritual se marchita, tornándose en un ser
eléctrico y desagradable a quien todos le huyen.
Hacer florecer la rosa en el centro de la cruz, es seguir el
sendero del amor fraternal y conscientivo.
El sendero de espinas en el que nos punzamos con nuestros
actos negativos, es el sendero del dolor, que nos lleva a reflexionar cuando
estamos transitando el sendero equivocado.
Amor y dolor, son exactamente las dos vías que propician el
despertamiento espiritual de la humanidad. El amor, hace posible la elevación
anímica y el dolor como reacción a nuestros equivocados actos, nos lleva a
meditar en que hay cosas de más trascendencia en la vida y en la naturaleza,
que nuestro egoísmo.
En la cima de la cruz se encuentra una corona; es la
consciencia que debemos actualizar día tras día con sabiduría e inteligencia,
para conocer todos los misterios de la Vida. De ella sale un compás, símbolo
masónico, que representa la capacidad de la consciencia de incrementar los
conocimientos y desarrollar mayor inteligencia y sabiduría; el cielo infinito
es la Vida Universal, el Alma del Mundo.
De la consciencia humana normal debemos ir a la
supra-consciencia, que nos pone en contacto con nuestro pasado y nos hace intuir
proféticamente nuestro futuro; pero de la supra-consciencia debemos llegar
algún día a la ultra-consciencia, consciencia Cósmica, que es el ideal de
todo aquel que esté transitando un sendero espiritual. Vincularse a la
consciencia Cósmica es unirse a lo Dios, a lo Divino, para seguir
perfeccionándose en tiempo y espacio.
Con la doctrina de la reencarnación, ya no podemos decir:
"Qué culpa tengo yo de haber nacido en esta época"
Esta época tú ayudaste a prepararla en una existencia
anterior. Procura que el mundo de mañana sea mejor,
más culto, más justo, porque tú has de volver por fuerza a
el
y cosecharás lo que hayas sembrado.
Amado Nervo
Adopté la doctrina de la reencarnación a los 26 años. La
idea se me presentó después de leer un libro de Orlando Smith. Hasta haberla
descubierto, no me sentía satisfecho ni tranquilo. Estaba sin brújula, por
decirlo así. Sin saber a donde iba. Hoy sé que continuamos acumulando
experiencia y creciendo.
Henry Ford
La Conquista de la Inmortalidad
Israel Rojas R.
La aspiración de todo esoterista es la conquista de la
inmortalidad en la esfera de la consciencia, porque en la forma, todo lo que
nace debe morir.
La Fraternidad Rosa Cruz, ha guardado a través de las
edades, este sublime y solemne conocimiento para entregarlo gratuitamente a
todas las almas sedientas de auténtica sabiduría.
Los Rosacruces avanzados logran, si no inmortalizar el
cuerpo, al menos conservarlo sano y fuerte, prolongando un poco más allá del
límite ordinario, la humana existencia. Este aspecto, si no es primordial en la
evolución, por lo menos tiene gran importancia, para aprovechar mejor cada
existencia física y obtener más elevados estados de consciencia, ya que el
mundo material es el mejor de los talleres donde el Ego tiene que trabajar con
elementos más densos y por lo tanto tiene experiencia objetiva, perfectamente
definida acerca del pro y del contra de las cosas, a medida que su trabajo
conscientivo se hace más eficiente.
Sin embargo, lo más importante —como ya lo dijimos— es
la obtención de la inmortalidad en el campo de la consciencia, pues esta es
realmente la razón de ser de todo el proceso de la evolución, con la
felicidad, la tragedia y el dolor relativo que ello encarna.
El ejercicio de la retrospección por medio del cual
la consciencia recapitula las experiencias de la vida para convertirlas
progresivamente en consciencia actualizada, es realmente lo básico, lo
fundamental del desarrollo interno. Podría decirse que el ejercicio de la
retrospección, es el más importante de todos los que podemos recibir en las
verdaderas Escuelas Iniciáticas.
En principio el estudiante que practica la retrospección, se
satisface con recordar algunos de los más salientes hechos de la vida diaria,
sin pormenorizar detalles y sin obtener de ellos toda la consciencia de las
experiencias vividas cada día. Esto quiere decir que en principio es muy
inconsciente de los extraordinarios beneficios que reporta la retrospección
pues es la forma de obtener la inmortalidad conscientiva.
En este ejercicio hecho debidamente, se deben revisar cada
uno de los actos de la vida diaria antes de entregarse al sueño, no solamente
observando con detenimiento los detalles, sino auscultando el ser psíquico para
descubrir qué clase de emociones, sentimientos y pensamientos surgieron de cada
experiencia. Si el acto perjudicó a alguien, se debe tratar de compenetrar con
la desagradable emoción que haya proporcionado a algún hermano en la
humanidad, sintiendo verdaderamente, psíquico pesar por el mal hecho, para
así, ir quemando la acción negativa, que consecuencialmente sufrirá más
tarde, ya sea en la misma encarnación o en la vida post mortem o bien,
reviviendo también la satisfacción de haber obrado noblemente, para aumentar
así en su ser interno el poder del bien obrar.
La debida penetración conscientiva en cada una de las
emociones, sentimientos y pensamientos de las diarias y circunstanciales
vivencias, es de importancia fundamental en la progresiva conquista de la
inmortalidad de la consciencia, tal como lo han entendido siempre los
esoteristas de todas las edades.
Para comprobar aquello veamos lo que dice Pitágoras en sus
"Versos Dorados": "A la hora del descanso, no a tus ojos
concedas, hijo, el regalado sueño, sin antes ver lo que pasó en el día y cada
cosa examinar atento. ¿Donde estuve? ¿Qué hice? ¿Qué obra útil dejé sin
acabar? Y discurriendo de todo, de lo malo te arrepientas; ten dulce regocijo de
lo bueno."
Nunca nadie comprenderá exactamente la grandeza que encarna
la práctica de la retrospección, mientras que por viva y personal experiencia
no se convenza de ello.
El famoso conde Cagliostro en memorable reunión histórica
con lo más prestante de la nobleza social de su época, demostró poseer
conocimientos universales acerca de cosmografía, física, filosofía,medicina, religiones e idiomas y así, los que lo rodeaban
muy sorprendidos, le preguntaron cómo era posible que un hombre pudiera
abarcar tantos y variados aspectos del saber, a lo cual el conde contestó:
"No se alarmen ustedes, la cuestión es más sencilla de lo que parece;
hace treinta vidas humanas que me hice inmortal en la consciencia y por lo
tanto, recordando todo lo que estudié, aprendí y dominé en esa serie
sucesiva de encarnaciones, es natural para mí saber todas las cosas que os
han sorprendido y mucho más que sería largo demostrar".
En la famosa obra oriental "Bhagavad-Gita" o sea
el Canto del Señor, aparecen dos personajes de singular importancia: Krishna
y Arjuna. Krishna poseía una sabiduría incomparable, de tal manera que
contestaba siempre con precisión cualquier pregunta que se le hacía y por
ello Arjuna estando sorprendido, tanto de su personal ignorancia, como de la
sabiduría de su instructor, le preguntó a Krishna cómo podía suceder
aquello. El Maestro contestó: "la razón es muy sencilla; usted apenas
recuerda parte de las experiencias de esta encarnación, mientras yo recuerdo
todas mis pasadas existencias".
Quien se ejercita en actualizar consciencia de cada una de
sus vivencias por medio del ejercicio retrospectivo, entonces el más trivial
y leve detalle de la existencia, se convertirá en instrumento de consciencia
y por tal razón, de la verdadera inmortalidad a que todo ser humano tiene
derecho.
El creyente nunca será sabio.
El sabio lo es, porque comprende.
La comprensión es penetración del sentido y de la realidad
de las cosas; mientras que la creencia, es la aceptación de
lo que no se sabe y por tal no se comprende.
Raghozini
Las creencias son enemigas más peligrosas de la verdad,
que las mismas mentiras.
Nietzsche
EL MAESTRO HABLÓ...
Y NOSOTROS ESCUCHAMOS
EXORDIO
Krumm-Heller
No hables a todos de las cosas bellas y transcendentes...
En el decir bíblico, sería tanto como arrojar margaritas
a los cerdos.
Pero...
En todos, sobre la copa de todos, dulce o amarga, de
frivolidad o de ignorancia, escancia tu Vino y con el, el pétalo de rosa de
ensueño...
Para los que padecen de eterna inquietud, de supremas ansias.
Para los que sienten la augusta zozobra que produce lo no realizado y
viven esperando... esperando... el día luminoso que ha de venir... Para esos,
será el bálsamo, el néctar, la magna palabra que abre todas las rutas y
alumbra todos los senderos.
Para que los que no tienen hambre y sed de vida, para
los frívolos. Para los que van con paso ligero por la senda y no advierten la
floresta, ni el ave que canta, ni el dulce murmurar del arroyo, ni la vieja
fuente grata de sonoro cristal —como dijo el Poeta...— Para esos, no
será el bálsamo, ni la magna obra, pero... si beben de este vino sagrado, más
allá del tiempo, florecerá su sabor y llenaran su copa.
No hables a todos, sin embargo, de las cosas bellas y
transcendentes...
Pero...
Haceos uno con el vínculo que integra este instante.
Abrid vuestra comprensión.
Alzad vuestras copas...
Cuidad que no se vierta ni una sola gota de este bálsamo de
Vida.
INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LA KABALAH
Zerión
La Vida Cósmica, que es la misma vida que anima tanto al
más prodigioso de los soles como a la más leve brizna de hierba, es la
gradación de la Energía Universal, con el fin de ir desde la omnisciencia sin
evolución, hacia la auto-sensoconsciencia favorecida por la evolución en el
eterno peregrinaje del Espíritu (lo Divino) a través de la forma. Este
peregrinaje del Espíritu, llamado en kábalah Elohim, ocurre a través
de cuatro mundos o planos de manifestación conocidos como: Atziluth,
mundo Divino, Briah, mundo Arquetípico, Yetzirah, mundo de la
formación o Angélico y Assiah, mundo material o de la forma.
El eterno devenir de los Elohim a través de estos
cuatro mundos se inicia al ser emanados de la Causa Primera o Suprema
Consciencia Universal en su propio plano de divinización llamado Ensoph, palabra
que significa, sin principio, con la cual se representa a la divinidad,
conteniendo en sí misma la triple esencia de la manifestación: Ain, llamado
la "no cosa", por estar fuera del alcance de nuestra comprensión,
como la esencia misma de la vida, como el polo positivo de la Energía Universal
o VIDA.
Ain Soph, llamado "algo" como representando el
polo receptivo o femenino de las energía del Ain, es decir la Vida; es
la resistencia formal en el Universo, conocido por la ciencia como Polvo
Cósmico. Ain Soph Aur, significando, "ese algo en eterno
movimiento", que es manifestación de los dos primeros principios, es decir
de la Vida y de su eterna resistencia, dando como resultado el Universo y la
evolución.
Esta es la triuna actividad del Ensoph, el
incognoscible para nuestra comprensión, pero la razón de ser de todo cuanto
es, ha sido y será.
El punto de eclosión del Ensoph en cualquier sitio
del Universo, es la formación de una Nebulosa. Allí el Polvo Cósmico como
recipiente
de las energías de la Vida es reunido y presionado por el
poder ígneo del Ain, dando como resultado un extraordinario y poderoso
vórtice de energías que generan las más formidables e incalculables fuerzas
de contracción y de expansión.
Esta es la primera objetivación de las energías Cósmicas
que al concretarse, dan origen a un Universo (uni-versus: uno en varios, varios
en uno); es lo que las religiones sin saberlo llaman Dios, lo que los Masones
llaman El Gran Arquitecto del Universo; pero que es tan solo la reflexión del
eterno e infinito tiempo-espacio, como palabras que algo dicen a nuestra
consciencia del Absoluto Ensoph.
La evolución y manifestación en estos cuatro mundos se
realiza en diez etapas secuenciales llamadas los Diez Santos Sephiroth,
como emanaciones sucesivas de la Vida Cósmica en acortezamiento gradual hasta
concretarse en la forma.
Sephiroth es el plural de sephirah que
significa serpiente, es decir la Vida Universal en movimiento
ondulatorio, que es la manera como todo en la Naturaleza se desplaza: el brote
de las hojas y de las ramas en los vegetales, la cristalización del agua, el
desplazamiento del rayo, etc.
Los nombres de los Diez Santos Sephiroth emanados del Ensoph,
en su orden son: Kether, Kjokmah, Binah, Kjesed, Gueburah, Thiphareth,
Netzach, Hod, Yesod y Malkuth, que son los nombres de los distintos niveles
de evolución de la Vida emanada por el Altísimo, hasta su ultérrima
manifestación en Malkuth, el plano de la forma.
El estudio profundo de esta divina ciencia, nos llevará a
comprender los misterios de la Vida.
Meditación
Arthur E. Powell
La concentración, como es natural, no es un fin en sí
mismo, sino un medio para un fin. La concentración convierte a la mente en un
instrumento, que el dueño puede utilizar a voluntad. Cuando una mente
concentrada se dirige fijamente a cualquier objeto con el propósito de
atravesar el velo, llegar a la vida y unificar esta vida con aquella a la cual
la mente pertenece, se realiza la meditación. Por lo tanto, concentración es
el moldeamiento del órgano, meditación es el ejercicio del mismo.
Como hemos visto, concentración significa fijar firmemente
la mente en un solo punto, sin vagar y sin ceder a distracción alguna causada
por objetos externos, por la actividad de los sentidos o por la mente misma.
Esta se ha de sujetar con estabilidad y fijeza invariables, hasta que aprenda a
retirar su atención del mundo externo y del cuerpo, para que los sentidos se
mantengan tranquilos e inactivos mientras la mente está intensamente activa,
con todas sus energías atraídas hacia el interior para concentrarlas en una
sola idea, lo más elevada que se pueda alcanzar.
Por lo tanto, cualquiera que sea capaz de "prestar
atención", pensar sobre algún tema por algún tiempo, sin permitir que la
mente divague, está preparado para iniciar la meditación. Podemos definir esta
como atención sostenida de la mente concentrada, frente a un objeto de
devoción, a un problema para cuya solución se necesita más luz; en efecto,
frente a cualquier cosa de la cual queramos comprender y absorber la vida más
que la forma. Meditar es el arte de considerar una cuestión o estudiarla
mentalmente, en sus diversos aspectos y relaciones.
Una vez que se pueda mantener así, con relativa facilidad,
la mente está preparada para dar otro paso adelante y mediante un potente pero
tranquilo esfuerzo de la voluntad, se puede proyectar más allá del pensamiento
más elevado que pueda alcanzar mientras trabaja en el cerebro físico. En este
esfuerzo la conciencia se elevará y se unirá a lo superior, quedando libre del
cuerpo.
Se dice también, que la meditación consiste en traer a la
conciencia vigílica, es decir, a la mente en el estado normal de actividad,
alguna realización de la superconsciencia, a fin de crear, por el poder de la
inspiración, un canal por el cual afluya a la personalidad inferior la fuerza
de algún principio divino o espiritual. Es enfocar la mente y los sentimientos
en un ideal y abrir las puertas de la conciencia inferior aprisionada a la
influencia de tal ideal.
"Meditación, -ha dicho H. P. Blavatsky- es el
inexpresable anhelo interno por el infinito". San Alfonso María de Ligorio
describe la meditación como: "la bendita hornalla en que las almas se
inflaman del amor divino".
El ideal elegido puede ser abstracto tal como una virtud;
puede ser la divinidad del hombre; puede estar personificado en un Maestro o en
el Instructor Divino; pero en todos los casos es esencialmente un elevamiento
del alma hacia su fuente divina; el deseo del ser individual de unificarse con
el Ser Universal. Lo que el alimento es para la vida física, es la meditación
para la vida espiritual.
El hombre que medita es siempre el más eficiente del mundo.
Lord Rosebery, hablando de Cromwell, lo describía como "místico
práctico" y afirmaba que el místico práctico, es la fuerza más grande
del mundo. El intelecto concentrado, el poder de retirarse del tumulto exterior,
significa energía, inmensamente incrementada para el trabajo, más estabilidad,
más autodominio y más serenidad.
El hombre que medita no malgasta el tiempo, no disipa
energía ni pierde oportunidad. Tal hombre rige los sucesos, porque dentro de
él está el poder, del cual los sucesos son meras expresiones externas;
participa de la vida divina y por lo tanto participa del poder divino.
Como se ha dicho antes, cuando la mente se mantiene fija en
una imagen, al contemplarla el conocedor, obtiene de ella más conocimiento del
objeto que si se le describiera verbalmente. Gracias a la concentración, el
cuadro toma forma en el cuerpo mental; el delineamiento derivado digamos, de una
descripción verbal, se llena más y más de detalles a medida que la consciencia penetra
más íntimamente en las cosas descritas.
Todas las religiones recomiendan la meditación; la
conveniencia de la misma ha sido reconocida por todas las escuelas de
filosofía. Así como el hombre que desea hacerse fuerte, practica los
ejercicios prescritos para desarrollar sus músculos, así también el
estudiante de esoterismo practica ejercicios determinados y prescritos para
desarrollar sus cuerpos astral y mental.
Se conocen naturalmente muchas clases de meditación, lo
mismo que hay hombres de muchas clases. Es claro que un método de meditación
no produce en todos, resultados igualmente buenos; cada uno ha de descubrir, por
sí mismo, la clase de meditación más adecuada para él.
La meditación puede tener muchos fines, de los cuales los
siguientes son los principales:
1. Hace que por lo menos una vez al día, el hombre
piense en cosas elevadas y santas, dejando a un lado sus pensamientos acerca de
las menudencias de la vida diaria y de las frivolidades y dificultades de la
misma.
2. Acostumbra al hombre a pensar en tales cosas; de
manera que después de un tiempo, forma el trasfondo de la vida cotidiana a la
cual la mente vuelve con placer, cuando se ve libre de las exigencias de sus
deberes.
3. Sirve como una especie de gimnasia astral y mental,
para mantener en buena condición los cuerpos superiores y permitir que la vida
divina fluya por ellos. A tal objeto se ha de recordar que la
"regularidad", en la práctica de los ejercicios, es de primera
importancia.
4. Se puede utilizar para formar y mejorar el carácter
y adquirir diversas cualidades y virtudes.
5. Eleva la consciencia a esferas más elevadas, para
abarcar cosas más elevadas y sutiles. Mediante ella, el hombre puede elevarse a
presencia de lo Divino.
6. Abre la naturaleza y evoca bendiciones de altas
esferas.
7. Es el medio (aunque sólo el primer vacilante paso
sobre el camino) por el cual se alcanza un desenvolvimiento más elevado y
conocimiento más amplio; lleva al desarrollo de la clarividencia y con el
tiempo, a la vida superior más allá del mundo físico.
La meditación es el método más fácil y más seguro para
desarrollar la conciencia superior. Es, indiscutiblemente posible en el curso
del tiempo, para el hombre que medita sobre el Logos o el Maestro, elevarse
primero a la esfera astral y luego a la esfera mental. Es claro que nadie puede
predecir cuánto tiempo tardará, pues ello depende enteramente del pasado del
estudiante y de los esfuerzos que haga en el presente.
Filosofia taoista
"El sabio camina con pobres vestiduras, pero oculta en
el pecho una joya preciosa. Actúa pero no pide recompensa. Y porque no la pide,
siempre es recompensado".
"Cuando las cosas anheladas ya no se desean, llegan.
Cuando las cosas temidas no se temen, se alejan".
"Los hombres necesitan la erudición, porque no poseen
la verdadera sabiduría. Necesitan la moralidad y los deberes, porque carecen de
amor al prójimo".
"El sabio taoísta comprende a los hombres y no los
rechaza".
"No teme a la muerte. Ni la busca ni la rehuye".
"Acepta toda eventualidad, como una dádiva".
"No combate a nadie. No habla mal de ninguno de sus
semejantes".
"Analiza el taoísta todos los actos realizados al
finalizar el día. Se recoge en su mundo interior y recibe la íntima
iluminación".
Lao-Tsé
Cruz Radiante
Alfredo Moreno
Cual fulgente sol de la mañana
se levanta radiante, esplendorosa,
mostrando abierto el cáliz de una rosa,
símbolo fiel de la consciencia humana.
Rosa de cuyos pétalos emana,
a manera de lluvia luminosa,
una fronda de efluvios que retoza...
sobre un lampo de nubes, oro y grana.
Así la Rosa-Cruz, sacra y divina,
quiso simbolizarnos su doctrina
con este jeroglífico sagrado,
y en pinceladas de estetismo ingente,
nos habla de la Vida Omnipresente,
del Verbo Luz, del Logos encarnado.
Cuánta grandeza en su doctrina santa,
cuánta luz en su aurora resplandece,
cuando a la vida interna se aparece,
este lábaro insigne que me encanta.
Dijérase que el alma se agiganta
si en los altares del amor se ofrece,
en holocausto a un mundo que perece,
con un grito de angustia en la garganta.
Quien con las facultades de un vidente
pueda mirar su cruz en el Oriente
y percibir su cántico insonoro...
puede considerar que está en la Senda,
y dar su corazón como una ofrenda,
ante la santa Rosa-Cruz de Oro.
Esoterismo
Israel Rojas R
El hombre marcha por el camino de la vida, sin saber si el
paso que sigue se podrá dar con tanta seguridad como el que precede.
Marchar y marchar siempre, es ley de la naturaleza, pero el
objetivo de tal marcha es casi siempre desconocido por aquel que camina la
vía a veces dolorosa de la existencia.
El más santo y más sabio de todos los seres que en el
mundo han existido, dijo: "Buscad la Verdad y ella os hará libres".
Pero, ¿se podrá contar siquiera un ser humano por mil que
esté interesado en la búsqueda de la verdad? Con toda sinceridad podemos
contestar negativamente; quizás el uno por diez mil de los hombres esté
sinceramente interesado en su búsqueda.
En el momento actual, el hombre goza con que se le presente
algo ilusorio que tenga suficiente fantasía para entretener la fuerza de la
emoción, que es lo que hoy predomina en la raza.
Es mas interesante para el común de las gentes presenciar
una corrida de toros que extasiarse en las melodías armoniosas de un
concierto.
Estos hechos nos dejan ver que el grueso de la humanidad
vive el mundo de la emoción, sin que le importen para nada las cosas
trascendentales, es decir, de verdadera importancia en la cultura individual.
Fácilmente el hombre adora un ídolo, pero difícilmente
es capaz de reflexionar siquiera una vez sobre la nula trascendencia de su
culto pagano.
Este marchar entre sombras es muy propio del hombre que
gusta más de la apariencia que de la realidad sustancial de los hechos.
Pero lo más grave del problema es que las apariencias
son apariencias y por lo tanto, nunca serán realidades, como los ceros
nunca serán valores intrínsecos.
Lo aparente es de hecho transitorio y lo transitorio,
irreal. Deja siempre en el corazón de aquél que lo toma por realidad el
triste y doloroso vacío que experimenta el niño a la sombra de un juguete;
se acerca a ella para poseerla y se halla ante el duro desengaño de la
ilusión. Como el niño en esta triste situación llora en su doloroso
desconcierto, así el hombre que vive de las transitorias ilusiones tiene
grandes y penosos desengaños.
El hombre que busca la verdad tiene que dejar de lado
todo lo que al ser sometido a la experiencia, no produce el efecto ansiado,
el realismo que de ello se esperaba.
En los últimos tiempos se está hablando mucho de
esoterismo pero la humanidad seria, tiene desconfianza de ello, por la
sencilla razón de que la falta de cultura en este sentido hace que se tome
la sombra por la realidad, como se dice comúnmente.
Al amparo de la ignorancia, que en nuestro medio existe
acerca de lo que realmente son las ciencias ocultas, una gran cantidad de
charlatanes, espiriteros, cartománticos, palmistas, pseudo-astrólogos,
pero más que todo audaces que especulan con la candidez de los crédulos,
se han presentado como grandes esoteristas, poniendo naturalmente en
ridículo lo que es esta ciencia oculta, en lo cual están fundamentados los
más elevados conocimientos científicos transcendentales.
Ni los espiriteros, palmistas, cartománticos,
pseudo-astrólogos, ni supuestos extáticos, saben absolutamente nada de lo
que es el esoterismo real, es decir, el espíritu de las verdaderas ciencias
naturales.
El esoterismo es el estudio de las fuerzas
transcendentales de la Naturaleza que no están directamente al alcance de
nuestros humanos sentidos, pero que se presentan claras y expresivas, a
través de sus efectos.
El esoterismo, o mejor Ciencia Hermética, es el profundo
conocimiento de la Vida en sus múltiples manifestaciones o maneras de ser.
El auténtico esoterista es ante todo un verdadero
sacerdote oficiante en el Templo de la Naturaleza, que lleva en la mano
izquierda la lámpara de Hermes, en la derecha el bastón de los patriarcas
y cubre su espalda con el manto de Apolonio.
La lámpara de Hermes es la divina luz del corazón
iluminado por la fuerza del Amor. La capa de Apolonio, la Sabiduría que
envuelve su consciencia y el bastón de los patriarcas, el poder que maneja,
gracias a la concentración de la divina energía del Logos, orientada y
canalizada por el poder de su omnipotente Voluntad.
El verdadero esoterista hace uso de su sabiduría y poder
para ayudar a la sufriente humanidad a salir del caos de la ignorancia,
llevándola a los hermosos valles de la Luz.
Moisés es el gran hierofante de las antiguas
dispensaciones que como supremo Iniciado, conduce al pueblo escogido, es
decir, al ser que desea ennoblecerse y superarse para vivir armoniosamente
la vida, hacia la tierra de promisión, donde todo es paz y felicidad.
Serenidad
Serenidad es calma... Es paz interior... Es ánimo
perfecto... Es la impavidez... Es presencia de ánimo ante el peligro, el
dolor, la pena, la turbación, la ira, la cólera, la soberbia...
Serenidad es el requisito indispensable a la reflexión; la
serenidad da luz a la razón para proceder acertadamente; la serenidad nos
lleva a soportar los golpes de la vida aceptándolos; la serenidad conduce a
la tolerancia y por ende a la justicia. En resumen, la serenidad nos lleva a
aceptar las cosas que no podemos cambiar.
Apólogo
de la Perfección
Luis López de Mesa
Ante el espíritu del gran Marco Aurelio se presentaron
una vez las sombras de Buda, de Jesús, de Aristóteles y de Miguel Angel para
que dirimiese a su manera sabia y justa cuál de ellos había trazado
derrotero mejor a la perfección humana. Conocéis nuestras vidas —le
dijeron— y la obra nuestra se dilata como una semilla fértil en el alma de
las generaciones vivas: Queréis decirnos ¿cuál de los senderos que trazamos
al espíritu humano lo enaltece más y más de cerca tocó la perfección
ideal?
—Glorias de ese espíritu humano —contestóles el gran
Marco Aurelio— cuatro sentimientos como cuatro columnas gigantescas integran
la vida ideal del hombre: la religión, la moral, la lógica y el arte, que
justamente representáis vosotros. El contestar vuestra pregunta sería
resolver cuál de esos sentimientos es más noble y útil, y hasta dónde en
el camino de su perfección llegó vuestra obra. Vosotros confesasteis en el
mundo y a vuestra sensatez es evidente todavía, que la perfección de
vuestras obras distaba infinitamente aún de la perfección ideal que soñó
la mente humana y en el apacible mundo donde estamos hoy ninguna tentación
vanidosa os podría dar el que permanezcan aún insuperables.
Y los cuatro conductores del espíritu humano, tocados en
lo íntimo de sus consciencias, exclamaron a un mismo tiempo:
—Es verdad que nos faltó mucho para alcanzar la
perfección soñada. Pero cada uno de nosotros insiste en que su obra fue,
como tú dices, más noble y útil al espíritu humano.
—Noble y útil ... —continuó Marco Aurelio—. Oh
Buda, si los hombres hubieran seguido el evangelio de meditación ascética y
de castidad que recomendaste a Ananda, tu discípulo predilecto, a la segunda
generación habrían desaparecido del haz de la tierra y donde se te alzan
templos de prodigiosa magnificencia ¡se pasearían las fieras del bosque! Y
si entendiste que tu evangelio no era para ser cumplido por todos los hombres,
entonces no realizaste un ideal unívoco y la perfección nada tiene que ver
con tu obra.
—Así es verdad —exclamaron los otros.
—Y tu obra, oh Jesús, tu anhelo de moral perfecta,
entraña la renunciación de toda lucha y el vivir como los lirios de
Galilea. Tu evangelio ordenó a tus discípulos ir en el mundo sin afán por
el día de mañana, sin provisión de alimento, ni vestidos, como las aves
del campo. Pues bien; si los hombres te hubiesen escuchado, todos los
hombres, la industria y el arte habrían desaparecido también del haz de la
tierra: San Pedro y el Vaticano no te rendirían justo homenaje hoy. Y si el
reino de los humildes llegara, ¿dónde quedarían la sabiduría y la
riqueza, madres de la ciencia fecunda y del arte? Y si todos no podían
pertenecer al reino de los humildes, entonces no realizaste un ideal
unívoco y la perfección nada tiene que ver con tu obra.
—Así es verdad —exclamaron todos.
—Y tú, oh Aristóteles, que pareces más cierto de tu
obra, yo te pregunto: ¿sin las efusiones del arte, ni la elación mística,
ni la belleza moral, qué puede hacer el hombre con tus categorías?
—Y tú, prodigioso Miguel Angel, que pasaste por la
vida idealizando los sueños más hermosos del corazón humano, ¿no
comprendiste acaso que bajo tu nivel otros disfrutan de más cerca las
atracciones de Victoria Colonna y las uvas jugosas del Arno?
—Pero entonces —exclamaron los cuatro— ¿dónde
está la perfección, oh Marco Aurelio?
—La perfección... tiene que satisfacer todas las
modalidades posibles. Es, dentro de la naturaleza, armonía universal y es,
dentro del espíritu adecuación con el destino que nos cupo en suerte.
Armonía y adecuación se subentienden mutuamente. Vuestras cuatro virtudes
en armónica tendencia dotarían a un hombre de la capacidad de entrever la
perfección, mas no aún de realizarla. Ella, como la unidad, es función de
lo infinito; como la unidad, la aplicamos a cada cosa, pudiéndola aplicar a
cada conjunto de cosas; y sólo debiéndola aplicar a la armonía de las
infinitas relaciones. De ahí que tomadas aisladamente sea sólo relativa,
como la unidad, también. Vosotras, sombras, que sois en la vida humana
símbolos de hondas tendencias podríais enseñar a los hombres que la
perfección suprema les es inasequible pero que de ella pueden participar
adecuando su persona a sus destinos dentro de las relatividades del espacio
y del tiempo.
SUEÑO Y SALUD
Max Heindel
El sueño no es un estado inactivo; si no existiera el
restablecimiento causado por el sueño, no se produciría la menor diferencia
en la sensación que experimentamos por la mañana. La misma palabra
"restablecimiento" implica una actividad.
Cuando es necesario restaurar un edificio, los inquilinos
se van para poner fin al desgaste y las goteras. Pero eso no es suficiente.
Deben venir los obreros a trabajar en la casa, para efectuar las reparaciones
necesarias y solamente cuando el trabajo está terminado, el edificio se
encuentra listo para que lo ocupen los inquilinos otra vez.
Lo mismo sucede con el templo del Espíritu, nuestro cuerpo
denso, cuando ha quedado exhausto. Entonces es necesario que el Ego, la mente
y el cuerpo de deseos evacuen el lugar, dejando plena libertad al cuerpo
vital, para que lo reponga; de ahí que se produce una separación, cuando el
cuerpo denso se duerme. El Ego y la mente, envueltos en el cuerpo de deseos se
retiran del cuerpo vital y del denso, permaneciendo los dos cuerpos inferiores
sobre el lecho, mientras los dos superiores flotan cerca del cuerpo que
duerme.
Habiendo abandonado el Ego el cuerpo que duerme, entra en
el océano de energía y armonía que se llama Mundo del Deseo. Aquí vive de
nuevo los incidentes del día, que se presentan en orden inverso, de las
consecuencias a las causas, corrigiendo así las confusiones cotidianas y
formando imágenes correctas para reemplazar las impresiones falsas que se
forman debido a las limitaciones del cuerpo denso. A medida que la armonía
del Mundo del Deseo compenetra el cuerpo de deseos, los errores son
reemplazados por la sabiduría y la verdad, recobrando entonces su ritmo y
tono. El tiempo requerido para restaurar el cuerpo de deseos es variable y
depende de si durante el día su vida ha sido muy ilusoria, impulsiva y
agotadora.
Sólo entonces, empieza el trabajo de restauración de los
vehículos que quedaron sobre el lecho. El restablecido cuerpo de deseos
comienza a vivificar el cuerpo vital introduciendo energía rítmica en aquel
y el cuerpo vital a su vez actúa sobre el cuerpo denso, eliminando los
residuos ponzoñosos, con la ayuda del sistema nervioso simpático, como
agente principal. Así el cuerpo denso queda completamente restaurado y
rebosante de vida, cuando el cuerpo de deseos, la mente y el Ego entran por la
mañana y lo obligan a despertarse.
En la vida corriente, la mayoría de la gente vive para
comer, beber, satisfacer su pasión sexual de la manera más desenfrenada y
perder la cabeza a la más ligera provocación. Aunque exteriormente esa
gente pueda ser muy "respetable", están produciendo casi todo el
día la mayor confusión en su organismo. El período todo de sueño lo
necesitan los cuerpos vital y de deseos para reparar los estragos producidos
en el día, no quedando tiempo alguno para trabajar exteriormente en nada.
Pero conforme el individuo comienza a sentir las
necesidades de la vida superior, a dominar la fuerza sexual, el carácter y
a cultivar una disposición serena, se producen menos perturbaciones en sus
vehículos durante las horas de vigilia; por consiguiente, se requiere menos
tiempo para reparar los desgastes durante el sueño. Entonces es posible
abandonar el cuerpo denso durante largos períodos, en las horas dedicadas
al sueño, pudiendo funcionar en los mundos internos con sus vehículos
superiores.
Nos preguntamos si una persona puede ser influida durante
el sueño natural, de la misma manera que puede serlo en el sueño
hipnótico o si existe alguna diferencia. Existe una gran diferencia
efectivamente. En el sueño natural, el Ego, envuelto por la mente y el
cuerpo de deseos, se sale del cuerpo físico y generalmente flota sobre el
cuerpo o por lo menos, permanece muy cerca de el, unido al mismo por el
cordón plateado, mientras que el cuerpo vital y el denso descansan en el
lecho.
Durante el sueño natural es posible influir sobre la
persona, instilando en su cerebro los pensamientos e ideas que deseamos
comunicarle. Sin embargo, en éstos casos no podemos obligarla a hacer
algo o aceptar otras ideas que no sean las que estén en armonía con sus
propias tendencias. Es imposible ordenarle que haga algo y obligarla a
obedecer, como ocurre cuando el Ego ha sido expulsado del cuerpo por un
hipnotizador, porque es el cerebro el que mueve los músculos y durante el
sueño natural el cerebro está interpenetrado por el propio cuerpo vital,
teniendo un perfecto dominio de sí mismo.
Durante el sueño hipnótico los pases del hipnotizador
han expulsado el éter del cuerpo vital del cerebro hasta los hombros de la
víctima, quedando colgado del cuello como un capuchón, de modo que el
cerebro denso queda abierto al éter del cuerpo vital del hipnotizador que
ha desplazado a su verdadero dueño. Así pues, durante el sueño
hipnótico la víctima no tiene libertad para elegir sus ideas o los
movimientos que tenga que hacer con su cuerpo, pero durante el sueño
ordinario conserva su libertad.
En realidad, el método de sugestión durante el sueño
es algo que las madres encontrarán muy útil para tratar a sus hijos
refractarios a otros métodos, porque si la madre se sienta al lado de la
cama del niño, le toca la mano y le habla como si estuviera despierto, podrá
infundir en él las ideas que desearía que tuviera cuando esté despierto y
verá que en muchísimos casos, estas ideas arraigarán en su hijo muy
fácilmente.
Este sistema también es muy útil cuando se trata a una
persona enferma o adicta a la bebida y si la madre y los enfermeros utilizan
este método, verán que es posible infundir esperanza y hasta curar a los
pacientes, ayudándolos a restablecerse o a recuperar el dominio de sí
mismos mientras duermen.
LO Q U E D E B E S E R
LA CONDUCTA EN LA VIDA
Paracelso
Si por espacio de algunos meses se observan rigurosamente
las prescripciones que a continuación se dan, se verá operar en la vida un
cambio tan favorable, que jamás se abandonará. Mas, hermano lector, para que
obtengas el éxito deseado, precisa, eso sí, que adaptes tu vida a la
estricta observancia de estas reglas. Son sencillas y fáciles de seguir; pero
hay que observarlas con perseverancia bien sostenida. ¿No crees que la dicha
bien vale algún esfuerzo? Si no eres capaz de seguir estas reglas tan
fáciles, ¿con qué derecho pudieras quejarte de tus fracasos? ¿Qué
costaría hacer la prueba? Son reglas enseñadas por la más antigua
sabiduría y hay en ellas más trascendencia de lo que su sencillez te lleva a
suponer.
1. Lo primero es mejorar la salud. Para ello hay que
respirar honda y rítmicamente, al aire libre, llenando bien los pulmones.
Beber diariamente, en pequeños sorbos, dos litros de agua, comer muchas
frutas, masticar los alimentos del modo más perfecto posible, evitar el
alcohol y las medicinas, a menos que estuvieres por alguna causa grave
sometido a un tratamiento. Bañarte diariamente, es un hábito que debes a tu
propia dignidad.
2. Desterrar absolutamente de tu animo, por más
motivos que existan, toda idea de pesimismo, rencor, odio, tedio o tristeza.
Huir como de la peste, en toda ocasión de tratar con personas maldicientes,
viciosas, ruines, murmuradoras, indolentes, chismosas, vanidosas o vulgares
e inferiores por natural bajeza de entendimiento o por los tópicos
sensualistas que forman la base de sus discursos y ocupaciones. La
observancia de esta regla es de importancia decisiva: se trata de cambiar la
espiritual contextura de tu alma. Es el único medio de cambiar tu destino,
pues este depende de nuestros actos y pensamientos. El azar no existe.
3. Haz todo el bien posible. Auxilia a todo
desgraciado siempre que puedas, pero jamás tengas debilidades por ninguna
persona. Debes cuidar tus propias energías y huir de todo sentimentalismo.
4. Hay que olvidar toda ofensa; más aun:
esfuérzate por pensar bien de tu mayor enemigo. Tu alma es un templo que no
debe jamás ser profanado por el odio.
5. Debes recogerte todos los días en donde nadie
pueda turbarte, siquiera por media hora, sentarte lo más cómodamente
posible con los ojos medio entornados y no pensar en nada. Esto fortifica
enérgicamente el cerebro, el espíritu y te pondrás en contacto con las
buenas influencias. En este estado de recogimiento y de silencio, suelen
ocurrírsenos a veces luminosas ideas, susceptibles de cambiar toda una
existencia. Con el tiempo todos los problemas que se presenten serán
resueltos victoriosamente por una voz interior que te guiará en tales
instantes de silencio, a solas con tu consciencia. Ese es el Daimón de que
habla Sócrates. Todos los grandes seres se han dejado guiar por esa suave
voz interior. Pero no te hablará así de pronto, tienes que prepararte por
un tiempo; destruir las superpuestas capas de viejos hábitos, pensamientos
y errores que pesan sobre tu espíritu, que es divino y perfecto en sí,
pero impotente por lo imperfecto del vehículo que le ofreces hoy para
manifestarse. La carne es flaca.
6. Debes guardar absoluto silencio de todos tus
asuntos personales. Abstenerte , como si hubieras hecho juramento solemne,
de referir a los demás, aun a tus más íntimos, todo cuanto pienses,
oigas, sepas, aprendas o descubras. Por un largo tiempo al menos, debes ser
como casa tapiada o jardín sellado. Es regla de suma importancia.
7. Jamás temas a los hombres, ni te inspire
sobresalto el día de mañana. Ten tu alma fuerte y limpia y todo te saldrá
bien. Jamás te creas solo ni débil, porque hay detrás de ti ejércitos
poderosos, que no concibes ni en sueños. Si elevas tu espíritu, no habrá
mal que pueda tocarte. El único enemigo a quien debes temer es a ti mismo.
El miedo y desconfianza en el futuro son madre funesta de todos los
fracasos, atraen las malas influencias y con ellas el desastre. Si estudias
atentamente a las personas de buena suerte, verás que intuitivamente,
observan gran parte de las reglas que anteceden. Muchas de las que allegan
gran riqueza, muy cierto es que no son del todo buenas personas, en el
sentido recto, pero poseen muchas de las virtudes que arriba se mencionan.
Por otra parte, la riqueza no es símbolo de dicha; puede ser uno de los
factores que a ella conducen, para ejercer grandes nobles obras; pero la
dicha más duradera sólo se consigue por otros caminos: allí donde nunca
impera el antiguo Satán de la leyenda, cuyo verdadero nombre es egotismo.
Jamás te quejes de nada. Domina tus sentidos; huye tanto de la humildad
como la vanidad, porque son funestas para el éxito. La humildad te
sustraerá fuerzas y la vanidad es tan nociva, que es como si dijéramos:
pecado mortal contra el Espíritu Santo. Muchos llamados prohombres han sido
despeñados de las más encumbradas cimas por la vanidad; a ella debieron su
caída muchos de los grandes de la historia.
Ojalá sigas, lector hermano, estas pocas reglas para tu
dicha y para tu bien. ¡Que así sea!
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